“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá”. Mateo 7:7
No, no es automática.
El Señor Jesús enseña que la respuesta Divina la tendrán quienes:
1.º Piden.
2.º Buscan.
3.º Llaman.
En otras palabras, debe haber de nuestra parte resistencia ante la injusticia, insistencia en el pedido justo y perseverancia en la práctica de lo que es justo.
Estas tres acciones revelan una fe de calidad; confianza y actitud perseverante, que activa la Justicia de Dios en la vida de la persona.
En Lucas 18:1-5, dice:
“Y les refería Jesús una parábola para enseñarles que ellos debían orar en todo tiempo, y no desfallecer, diciendo: Había en cierta ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a hombre alguno. Y había en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él constantemente, diciendo: ‘Hazme justicia de mi adversario’”. Lucas 18:1-5
Esta viuda representa a DOS grupos de personas dentro de la Iglesia que están viviendo una injusticia:
- 1º grupo: aquellos que están en la Iglesia, pero aún no fueron bautizados en el Espíritu Santo.
- 2º grupo: aquellos que ya recibieron el bautismo en el Espíritu Santo, pero están viviendo una injusticia en algún área de su vida.
El Señor Jesús revela que la Justicia Divina no es automática, tampoco viene por el tiempo, por los conocimientos Bíblicos, o por las obras de caridad. Es decir, el tiempo no le hace justicia a nadie.
Así como la persona que tiene sed y busca agua, como el que necesita abrigarse en una noche fría; el que tiene hambre y sed de justicia no espera, sino que se lanza con toda su fe en el Tribunal del Justo Juez, que es el Altar del Dios Vivo.
“Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”. Mateo 7:8
Esta Promesa refuerza que la Justicia Divina nunca ignora a quienes la buscan sinceramente. Porque revela que hubo:
- Sacrificio espiritual (la profundidad de nuestra fe, obediencia incondicional).
- Sacrificio emocional (despojarse de traumas, rencores; renunciar a quien amás más que a Dios, no escuchar ni creer en las palabras negativas).
- Sacrificio material (despegarse de cosas materiales, como: dinero, lugares, conocimientos).
Esta constancia de espíritu es la señal en nosotros de que Dios cumplirá Su Justicia en nuestras vidas.
“¿O qué hombre hay entre vosotros que si su hijo le pide pan, le dará una piedra, o si le pide un pescado, le dará una serpiente?”. Mateo 7:9-10
Incluso nosotros, con nuestras fallas, sabemos darles lo mejor a quienes amamos. Cuando un hijo pide algo necesario, ningún padre le da algo dañino. Si nosotros, siendo humanos e imperfectos, entendemos esto, imaginate Dios, que es Santo y Justo, ¿no sabrá darles lo que es bueno a quienes Le piden con fe?
¡Por supuesto que sí! ¿Qué es lo mejor de Dios para nosotros?
El Espíritu Santo habitando en nuestro interior para fortalecernos, enseñarnos, guiarnos, protegernos y usarnos.
Algunos se preguntan: “¿Por qué no me ha pasado aún?”. El Señor Jesús nos revela en la Parábola de Lucas 18:6:
“Y el Señor dijo: Escuchad lo que dijo el juez injusto. ¿Y no hará Dios justicia a Sus escogidos, que claman a Él día y noche? ¿Se tardará mucho en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. No obstante, cuando el Hijo del Hombre venga, ¿hallará fe en la tierra?”. Lucas 18:6
Dios quiere hacerles justicia a Sus escogidos, pero es injusto pedirle a Dios lo que más querés y no darle lo que Él más quiere, que es toda tu vida.
El domingo 22 iniciamos el Ayuno por la Justicia Divina, absteniéndonos de manera voluntaria de informaciones seculares, audiovisuales, para enfocarnos espiritualmente en escuchar únicamente la Voz de Dios.
Este propósito será durante tres semanas, finalizará el domingo 13 de julio, al subir al Tribunal en la Tierra, que es el Altar de Dios.
Para más información, acércate al Templo de la Fe: Av. San Martín N°40, entre Bloque Dearmas y la estación del metro Artigas.
O en una Universal más cercana a usted.
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Obispo Júlio Freitas
¡Nos vemos en la IURD o en las Nubes!