La Fe Provocada
«Y su rival la provocaba amargamente para irritarla, porque el Señor no le había dado hijos.» (1 Samuel 1:6)
La fe no es un sentimiento, es una decisión. Al analizar la historia de Ana, veo que fue Dios quien permitió su problema, al igual que con Sara, Abraham, Gedeón, etc.
Dios permite que el dolor y la injusticia provoquen una reacción de fe que transforma la vida de una persona.
Si todo estuviera bien, nadie actuaría. Los tiempos difíciles forman personas fuertes; los tiempos fáciles crean personas débiles.
Hoy en día, muchos cristianos viven una fe automática, y debido a esto, carecen de fruto y del bautismo del Espíritu Santo.
Ana no esperó al sacerdote ni se dejó llevar por rituales; se desprendió y fue directo a Dios. Hoy en día, hay demasiada estructura y muy poca vida espiritual, demasiada apariencia y muy poca esencia. Si la vida no da fruto, es señal de falta de alma en el altar. Cuando el alma va al altar, la respuesta llega de inmediato.
“Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre,…” (1 Timoteo 2:5)
El Domingo 12 de octubre, Día de la Audiencia Particular con Dios, el altar estará disponible para los que tienen una necesidad y fe como la de Ana.
Otros horarios: 7:30am, 3 y 5pm
En cada Universal del país










