“Y ordenó el Señor Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás.” (Génesis 2:16-17)
El error de Adán es el mismo que cometen muchas personas en la vida sentimental actual: poner al cónyuge o a la persona amada por encima de Dios (e incluso por encima de sí mismos).
Todo lo que se pone en lugar de Dios termina causando sufrimiento.
Cuando Dios está en primer lugar, la persona obedece sus mandatos incondicionalmente.
La clave para una relación saludable es el orden de las prioridades: Dios primero, el amor propio y luego el prójimo.
🔵 Terapia del Amor
🔘 Jueves 23 de Octubre
🏛️ Templo de la Fe






