“Al oír Abram que su pariente había sido llevado cautivo, movilizó a sus hombres adiestrados nacidos en su casa, trescientos dieciocho, y salió en su persecución hasta Dan. … Y recobró todos sus bienes, también a su pariente Lot con sus posesiones, y también a las mujeres y a la gente.” (Génesis 14:14-16)
Quienes comparten la fe de Abraham también comparten este mismo sentido de responsabilidad hacia las almas perdidas. Abraham fue tras Lot no porque su sobrino mereciera ser rescatado, sino porque su sentido de responsabilidad no le
permitía permanecer de brazos cruzados.
Quienes son la propia bendición tienen la responsabilidad de compartirla con quienes aún no lo son. Y cumplen con esta responsabilidad a todo riesgo.
