¿No es maravilloso esto?
«Fui joven y ahora soy viejo, pero nunca he visto a un hombre bueno abandonado por Dios y nunca he visto a sus hijos mendigando comida». (Salmo 37:25)
Aunque hoy sea un día de escasez, porque tienes poco y la necesidad es grande, no tengas miedo, ¡sólo confía en el Señor!
Dios es Padre y, por lo tanto, proveedor. Él proveerá lo que necesites para que puedas dar testimonio de Su gran fidelidad.
Los momentos difíciles prueban nuestra fidelidad. Por eso, aunque sientas la tentación de murmurar, de pensar que Dios te ha abandonado y de desanimarte, aférrate a sus promesas.
Sonríe y alégrate, porque tenemos un Padre que nos ha garantizado estar con nosotros y suplir todas nuestras necesidades según sus gloriosas riquezas (Filipenses 4:19).
¿No es maravilloso?
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