Esta es la verdadera guerra…
Revestirse de toda la armadura de Dios es uno de los consejos divinos para que podamos resistir en el día malo. Este cuidado nos lleva a comprender la realidad vivida por todo cristiano: luchamos constantemente contra las fuerzas espirituales del mal. Esta es la verdadera guerra, y solo aquellos que se mantienen firmes, sin apartarse de los caminos del Altísimo, alcanzan el premio de la Salvación.
«Revístanse con toda la armadura de Dios para que puedan estar firmes contra las insidias del diablo. Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales de maldad en las regiones celestes.» (Efesios 6:11-12).
Lo que necesitas saber
Si la verdadera guerra de la humanidad es espiritual, no te engañes atribuyéndole a tu fuerza física la capacidad de enfrentarla. Para vencerla, es tu espíritu el que debe estar fortalecido.
Con esto en mente, comprende que las obras de caridad y las buenas acciones, aunque sean reconocidas entre los hombres, no garantizan el armamento preciso para mantenerte firme frente a la batalla por la Vida Eterna.
Entendiendo más
En las Sagradas Escrituras, por ejemplo, el Señor Jesús les advierte a las iglesias sobre el cuidado necesario para guardar su alma y obtener la Corona de la Vida.
Entre ellas, la iglesia de Éfeso era la más notable en sus acciones, sin embargo, concentrarse únicamente en su don la llevó a descuidar su bien más preciado: su primer amor, el fruto del Espíritu. Observa:
«Yo conozco tus obras, tu fatiga y tu perseverancia, y que no puedes soportar a los malos, y has sometido a prueba a los que se dicen ser apóstoles y no lo son, y los has hallado mentirosos. Tienes perseverancia, y has sufrido por Mi Nombre y no has desmayado. Pero tengo esto contra ti: que has dejado tu primer amor.» (Apocalipsis 2:2-4).
En otras palabras, simplemente profesar la fe en el Señor Jesús a través de sus logros no es suficiente para fortalecer la comunión con el Señor de los Ejércitos; es necesario practicar el primer amor.
Cómo revestirse del Espíritu
Si estás leyendo este artículo y reconoces que has abandonado el primer amor, debes saber que hay una manera de recuperar tu relación con el Altísimo y revestirte con su armadura, es decir, con Su Espíritu. El Señor Jesús te dice: «Recuerda, por tanto, de dónde has caído y arrepiéntete» (Apocalipsis 2:5).
¡La conquista de la Salvación depende solo de tu decisión! Si decides reaccionar y luchar por el Premio Eterno, invierte en tu vida espiritual participando en el estudio bíblico de la «Armadura de Dios» todos los miércoles en la Av. San Martín N° 40 entre Bloque Dearmas y la estación del metro Artigas.
O también en la Universal más cercana a tu domicilio.